
«Da las siguientes instrucciones al pueblo de Israel. Estas son aplicables tanto para los israelitas de nacimiento como para los extranjeros que viven en Israel: si alguno de ellos ofrece a sus hijos en sacrificio a Moloc, será ejecutado. Los miembros de la comunidad lo matarán a pedradas.» Levítico 20:2
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RESUMEN:
- En el antiguo Pacto había condenación y castigo para el que no cumplía la ley.
- No había forma de tener relación con Dios si no era por medio de cumplir la ley.
- Era una relación basada en el temor y miedo al castigo.
- Era un pacto basado en la justicia propia, teníamos el castigo que merecíamos.
- La cruz cambia la historia para siempre. Jesús en humildad y amor aceptó el castigo que nosotros merecíamos.
- La cruz nos hizo libres para siempre de la condenación.
- La religión pone más énfasis en la condenación que en la justificación.
- En el nuevo pacto NO HAY CONDENACIÓN PARA LOS QUE ESTÁN EN CRISTO.
- Todo esto constituye el ambiente de enemistad y condenación en el que se vive en el antiguo pacto, que tiene que ver con una mente enemistada.
- La religión ha enseñado solo una parte de la verdad haciendo énfasis en la condenación pero omitiendo la gracia, misericordia y verdad, creando la imagen de un Dios ogro.
- Un Dios que solo ama a los que viven en santidad. En la cruz pasamos de enemistad a reconciliación.
- El sacrificio de Cristo fue suficiente para reconciliarnos plenamente con el Padre.
- La reconciliación no opero por ninguna cosa buena que yo pudiera haber hecho, solo por su gracia.
- Nada puedo hacer para estar más cerca del Padre porque la Cruz ya me acercó.
- Nuestra alma puede sentirse lejos de Dios, pero eso no refleja nuestra realidad espiritual.
- Nuestras acciones no determinan nuestra relación con Dios.
- No hay condena porque en la cruz ya fue pagado el precio de nuestro pecado.
- Una vez que el precio fue pagado ya no es necesario el perdón.
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