
«Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan». Hebreos 11:6
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RESUMEN:
- Como hijo de Dios, puedo aportar al reino de Dios con mis dones y talentos.
- Si hacemos nuestros trabajos con excelencia, Dios se encarga de promocionarnos.
- No somos personas que deben manejarse por las emociones sino que nos manejamos por principios espirituales.
- La salvación no es una recompensa por nuestras buenas obras, sino que solo la alcanzamos por gracia.
- El justo será recompensado tanto en la tierra como en el cielo.
- Cuando soportamos la prueba en una actitud de fe, Dios nos recompensa.
- El que hace el bien en secreto, es recompensado en público.
- Dios es un Padre que disfruta de darnos cosas buenas.
- Dios suple todas nuestras necesidades como recompensa por poner primeramente su reino y justicia.
- La falta de perdón y raíz de amargura obstruye que las recompensas de Dios nos lleguen.
- Ser agradecidos y sembrar en otros hace que Dios nos de más.